Pere Martínez: “Lo más importante es que en el equipo haya compañerismo”
- Jordi Delgado
- 16 abr 2018
- 4 Min. de lectura

Pere Martínez Sastre (Sabadell, 1991) es uno de los estandartes de la Unió Esportiva Cornellà que está cuajando una temporada de ensueño en el grupo 3 de la Segunda División B permitiéndose incluso poder soñar con jugar el play-off de ascenso a la Segunda División.
Pere cree que todos los futbolistas cambian mucho en su mentalidad dentro y fuera del campo y, en su caso concreto, dice que dentro del campo “saco mi mentalidad más competitiva y eso que a veces pueda llegar a ser incluso mala persona”, aún así remarca que se podría ir a tomar “unas cañas” con la misma persona con la que ha podido tener “un rifirrafe” dentro del campo.
Dentro del campo se define como un futbolista que piensa mucho en el equipo y asegura que “cuando las cosas van mal tiro del carro para ayudar a mis compañeros” tratando así de hacerles sentir que todo se puede sacar adelante pese a que dentro del partido haya algún momento malo.
Si pasamos al colectivo del equipo, considera clave que “haya compañerismo y vayamos todos a una”, otra cosa que destaca es el hecho de tratar de evitar que se formen “grupitos en el vestuario” algo que podría generar intereses diferentes dentro de un mismo vestuario y que podría provocar una fractura en el equipo que le impediría conseguir los objetivos fijados.
Tras pasar gran parte de su etapa formativa en las categorías inferiores del RCD Espanyol, fue el Villarreal quién le ofreció la oportunidad de debutar en el fútbol profesional llegando a debutar en la Segunda División con el filial del submarino amarillo en el que jugó 26 partidos en una temporada que acabó de la peor manera posible ya que, el descenso del primer equipo a Segunda, significó también el descenso del filial a Segunda B, un momento muy duro y así lo recuerda el futbolista que destaca que “estábamos haciendo un buen año” pese a que no tenían ningún objetivo inicial marcado habían logrado la salvación en Segunda, una categoría que define como “muy buena para un filial”, con bastante solvencia. El descenso del primer equipo se vivió como “un gran chasco para todos” ya que, la pérdida de la categoría significaba que, pese a haber cumplido con su trabajo, ellos también jugarían en una categoría más baja el siguiente año.
Tras cuajar una buena temporada, Pere se marchó traspasado al Hércules para disfrutar de una nueva oportunidad en la Segunda División, sin embargo, iba a ser una experiencia amarga ya que una lesión le iba a dejar fuera buena parte de la temporada, esta experiencia la recuerda como una de las más difíciles de su carrera ya que cortó su progresión, el futbolista reconoce que “estás apartado y te sientes un poco solo” en referencia a que tienes que ver todos los entrenamientos y los partidos desde la grada viendo que no puedes ayudar a tus compañeros cuando más lo necesitan y que, además, cuando los ves “te entra el mono de jugar al fútbol”.
La lesión cortó algo la progresión del jugador catalán, pero eso no evitó que el filial del Atlético de Madrid se fijara en él y acordara con el Hércules un préstamo de una temporada, otra temporada en la que volvió a recaer de esa misma lesión y solo llegó a disputar dos partidos.
“Cuando te lesionas estás apartado y te sientes solo”
Tras volver de la cesión, el Hércules lo traspasa al filial del Espanyol dónde vuelve a entrar en dinámica de juego y disputa catorce partidos, con muchas experiencias en filiales, Pere reconoce que es totalmente diferente jugar en un filial y hacerlo en un primer equipo, para él, cuando estás en un filial “juegas con menos presión y juegas mucho más suelto”, en cambio, cuando llegas a un primer equipo, estos ya suelen tener unos objetivos mucho más definidos y eso no solo significa más presión sino que también “sabes que tienes que hacerlo bien porque sino es muy difícil lograr los objetivos que tienes fijados”.
Con el Cornellà, logró una histórica clasificación para los dieciseisavos de final de la Copa del Rey dónde, además, recibieron uno de los premios gordos del sorteo enfrentándose al Real Madrid, habiendo tenido la oportunidad de jugar en un estadio que define como “uno de los mejores estadios del mundo” y acepta que esta claro que hay muchísima diferencia entre estadios así y los campos de Segunda B que suelen ser pequeños y de césped artificial aunque asume la realidad de que “la Segunda B está así y tenemos que jugar”.
También en el Cornellà, que es el equipo en el que más partidos ha disputado (114 en total), ha vivido la cara y la cruz de la Segunda B, luchar por el descenso y por el play-off de ascenso, aunque a priori, la mentalidad es igual en ambas, salir a ganar los partidos para conseguir el objetivo, reconoce que la mentalidad y el ambiente cambian mucho entre una y otra, peleando por el descenso define el ambiente del vestuario con “mucha tensión aunque no se cree mal rollo” y asegura que en esos momentos lo único que quieren es asegurar la salvación y que “se acabe la temporada cuanto antes”. En el polo opuesto encontramos la lucha por la promoción de ascenso, como este año, en este caso define el vestuario como un vestuario “alegre y donde todo son risas” y asegura que, aunque sufres por lograr tu objetivo, la mentalidad es totalmente diferente.
Por último, recuerda la oferta que le llegó para jugar lejos del país, concretamente en la India, pero que finalmente acabó rechazando, asegura que “tenía 22 años y cuando la tienes en el momento te pasan muchas cosas por la cabeza”, finalmente creyó que lo mejor era quedarse en casa con la familia y rechazó la oferta pese a que era “económicamente importante” aunque asegura que, en esos momentos, aceptarla o no “depende de la mentalidad de cada futbolista”.
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